Hace poco se publicó, como cada año (que parece que sea ya una noticia de relleno), que en España hay muy pocos lectores. Y no se cuentan los que leen cuatro líneas al año en una página web cualquiera, porque eso (queridos lectores) no es leer. Aun así, nuestro país es uno de los más prósperos en cuanto a temas editoriales, por lo que las cifras no terminan de cuadrar entre lo que se publica y la gente que lee. Pero aquella que lo hace de verdad.
Parece que los libros están destinados a ser una mera decoración más del hogar, sin prestar atención a su contenido. Porque no es que se compre y ya está el tema hecho, sino que hay gente que , delo poco que lee, ni lo entiende. Y eso también lo demuestra un estudio, en el cual se habla de la poca comprensión lectora que tenemos aquí. Aunque no voy a centrar toda mi atención en el ámbito más artístico y creativo, como los son (mis queridos) libros, sino que voy a especificar más desde el punto de vista periodístico. Que para eso dedico este espacio, pero tranquilos, que será breve.
Teniendo en cuenta las cifras y la experiencia propia, lo que se puede desmigar de todo este asunto es que la gente se conforma. Y para que no digan que no se es culto (porque ahora la pacífica actividad de un verdadero lector es casi como ver a un espécimen en peligro de extinción), el periódico que no falte debajo del brazo. Esta imagen de buena mañana se repite en casi cada rincón del planeta, pero de toda esa gente ¿quiénes son los que realmente van a dedicar unos minutos de su trayecto al trabajo a leer una sola noticia entera?
Yo soy la primera que se mira todos los titulares y alguna que otra entradilla, pero voy directamente a las secciones que me interesan y ahí dejo la cosa. Es decir, que ya ni siquiera con el periódico 20 minutos nos conformamos, a pesar de llevar por nombre el tiempo que aproximadamente puedes dedicar a leer. Ahora Internet y sus 'spoiler' nos atosigan con las noticias de última hora, que es como realmente se lee una noticia hoy en día, porque es Twitter quien tiene las grandes primicias.
La atención está puesta en aquellas noticias que sean cortas y fáciles de entender. Ya no vale eso de hacer pensar un poco al lector, hacerle partícipe de la historia desde su casa en la cual puede entender todos los puntos u opinar y no dejarse nada en el tintero. No, porque lo más importante ahora es el tiempo. No importa si hay cosas que no se han dicho o que se han dicho pero de aquella manera, sino que se prima el poco espacio, para que la gente no se agobie con tantas letras.
La información parece que ha quedado relegada a un segundo plano, el cual va precedido de una parte importante de la población que busca las cosas fáciles y ya masticadas. Como si no se hubiera hecho suficiente trabajo periodístico en muchas ocasiones (porque todavía siguen quedando grandes profesionales, aunque algunos medios se empeñen en desmentirlo), la noticia ahora tiene que darse desde un primer momento completa y ser última hora. No valen las equivocaciones ni los plazos, en los cuales se van conociendo algunos detalles más. Aunque este modelo le garantiza grandes niveles de audiencia a la televisión, no beneficia en absoluto a un diario.
A veces puedo convertirme en la más crítica de todas, pero la mayor pena es que yo también caigo en esa espiral de conformismo. Y es en ella en la que la mayoría nos queremos acomodar, para no tener que dedicar más tiempo del que se necesita para leer una noticia, por mucho trabajo que le haya costado al pobre diablo que lo haya escrito con la intención de ganarse al público. Aun así, siempre me quedan los trayectos en tren para demostrar que, al menos por mi parte, algún que otro artículo (pero no todos) quedará leído al completo.
Gráfico extraído del diario El Mundo. J. Aguirre / Gráficos el Mundo |
Parece que los libros están destinados a ser una mera decoración más del hogar, sin prestar atención a su contenido. Porque no es que se compre y ya está el tema hecho, sino que hay gente que , delo poco que lee, ni lo entiende. Y eso también lo demuestra un estudio, en el cual se habla de la poca comprensión lectora que tenemos aquí. Aunque no voy a centrar toda mi atención en el ámbito más artístico y creativo, como los son (mis queridos) libros, sino que voy a especificar más desde el punto de vista periodístico. Que para eso dedico este espacio, pero tranquilos, que será breve.
Teniendo en cuenta las cifras y la experiencia propia, lo que se puede desmigar de todo este asunto es que la gente se conforma. Y para que no digan que no se es culto (porque ahora la pacífica actividad de un verdadero lector es casi como ver a un espécimen en peligro de extinción), el periódico que no falte debajo del brazo. Esta imagen de buena mañana se repite en casi cada rincón del planeta, pero de toda esa gente ¿quiénes son los que realmente van a dedicar unos minutos de su trayecto al trabajo a leer una sola noticia entera?
Yo soy la primera que se mira todos los titulares y alguna que otra entradilla, pero voy directamente a las secciones que me interesan y ahí dejo la cosa. Es decir, que ya ni siquiera con el periódico 20 minutos nos conformamos, a pesar de llevar por nombre el tiempo que aproximadamente puedes dedicar a leer. Ahora Internet y sus 'spoiler' nos atosigan con las noticias de última hora, que es como realmente se lee una noticia hoy en día, porque es Twitter quien tiene las grandes primicias.
La atención está puesta en aquellas noticias que sean cortas y fáciles de entender. Ya no vale eso de hacer pensar un poco al lector, hacerle partícipe de la historia desde su casa en la cual puede entender todos los puntos u opinar y no dejarse nada en el tintero. No, porque lo más importante ahora es el tiempo. No importa si hay cosas que no se han dicho o que se han dicho pero de aquella manera, sino que se prima el poco espacio, para que la gente no se agobie con tantas letras.
"Twitter tiene las grandes primicias"
La información parece que ha quedado relegada a un segundo plano, el cual va precedido de una parte importante de la población que busca las cosas fáciles y ya masticadas. Como si no se hubiera hecho suficiente trabajo periodístico en muchas ocasiones (porque todavía siguen quedando grandes profesionales, aunque algunos medios se empeñen en desmentirlo), la noticia ahora tiene que darse desde un primer momento completa y ser última hora. No valen las equivocaciones ni los plazos, en los cuales se van conociendo algunos detalles más. Aunque este modelo le garantiza grandes niveles de audiencia a la televisión, no beneficia en absoluto a un diario.
A veces puedo convertirme en la más crítica de todas, pero la mayor pena es que yo también caigo en esa espiral de conformismo. Y es en ella en la que la mayoría nos queremos acomodar, para no tener que dedicar más tiempo del que se necesita para leer una noticia, por mucho trabajo que le haya costado al pobre diablo que lo haya escrito con la intención de ganarse al público. Aun así, siempre me quedan los trayectos en tren para demostrar que, al menos por mi parte, algún que otro artículo (pero no todos) quedará leído al completo.
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