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La ficción transformada en realidad

El pasado domingo se cumplieron 33 años del fallido Golpe de Estado de Antonio Tejero el día 23 de febrero. Para recordar esa fecha de la que pocos se olvidan y que recuerdan lo que pasó, Jordi Évole quiso hacer un reportaje sobre el tema bajo el título de “Operación Palace”, pero desde un punto de vista más crítico: hizo creer a la audiencia de esa noche, que lo que sucedió en el Congreso ese día, fue todo un montaje de las fuerzas políticas.


Jordi Évole. Foto de: publico.es


Desveló informaciones no conocidas anteriormente, a partir de las diferentes entrevistas que fue realizando a políticos y personas cercanas al rey, que estuvieron presentes ese día (y que eran los supuestos creadores de la operación). Según el documental, se realizó todo gracias a la idea del General Armada y contó con la aprobación del rey, por varios motivos. El primero era la época de crisis política que España estaba sufriendo en ese momento, el descontento de la ciudadanía que había; y el segundo motivo fue que se quería realzar la figura de la monarquía española como la salvadora de otra posible dictadura.


El proyecto que Évole y su equipo llevaron a cabo fue un trabajo bastante arriesgado, ya que tras su emisión, se les comunicaba a los espectadores que esa teoría era tan falsa como verdadera, es decir, que todo había sido una invención para poder observar la reacción de la gente; y la gente reaccionó. Unos apoyaron la idea, pero otros se enfadaron al descubrir la verdad.


Retrato de Mariano de Cavia. Foto de: Andalán 
Esta idea puede que se la diera el programa que Orson Welles realizó el 30 de octubre de 1938 en una cadena de radio, retransmitiendo la clásica Guerra de los mundos. Pero mucho antes que él, en el año 1891, un periodista español llamado Mariano de Cavia ya hizo lo mismo con un artículo suyo publicado el día 25 del mes de noviembre. En él se contaba la noticia del incendio del Museo de Pinturas (el Museo del Prado) y de cómo lo vivió la gente en esos momentos. El autor de este artículo tan particular, dio todo lujo de detalles sobre la escena en la que se encontraba, y llegó a incluir en su relato a Linares Rivas (el Ministro de Fomento de entonces) como uno de los más valientes ante el trágico suceso.



La noticia tuvo tal alcance y repercusión, que al día siguiente el propio Cavia realizó otro artículo explicando por qué había escrito una noticia que en realidad no se había producido. Las razones que dio fueron para hacer ver a la gente que el Ministro al que había descrito como un héroe del arte por su reacción durante el incendio, en realidad no había hecho nada por modificar las instalaciones de un edificio que albergaba algunas de las mayores piezas artísticas más importantes de la historia (y no solo de España). Además, hacía una autocrítica al mundo de la prensa, ya que había confirmado que todo aquello que aparezca en ella, la sociedad lo tomará como cierto, sin interés en verificarlo; era una cuestión de la que muchos se aprovechaban por entonces. Algunos como el propio gobierno, que según el autor, solo permitían publicar y hablar de ciertas noticias que ya venían revisadas, es decir, se contaba solo aquello que el poder quería por qué no se podía acceder a más información.



Por lo tanto, si comparamos el documental de Jordi Évole con los artículos de Mariano de Cavia, observamos que hay una similitud entre los dos, ya que ambos personajes intentan hacer ver a la gente que no deben simplemente fiarse de lo que se dice y se repite continuamente en los medios, sino que hay que intentar investigar y comparar para llegar a la verdad de todo asunto. Además, en los dos aparece la crítica contra el poder ya que reivindican un mayor acceso a ciertos temas que afectan a la sociedad (el primero a los documentos oficiales sobre lo ocurrido el 23-F; el segundo, la mayor transparencia del gobierno). Otra pieza clave que tienen en común, es la crítica que reflejan con respecto a una figura importante: en el primer caso sería la importancia que tuvo el rey desde entonces (de ahí la operación), y en el segundo contra el Ministro (la crítica reflejada en los dos artículos). 


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